Para posibilitar la
creación de un aeropuerto internacional, el Estado aprobó su construcción por
ley 12.285, el 30 de septiembre de 1935.
Elegido el lugar,
situado a 16 kilómetros del límite S. O. de la ciudad de Buenos Aires, a tan
solo 20 kilómetros del Congreso Nacional (Monolito Km. Cero), sobre una
planicie elevada exenta de humo y factibles inundaciones, cuya cota es de 20
metros de altura, se le quitaron al territorio del partido de Esteban
Echeverria 70,36 kilómetros cuadrados.
En 1944 el Ministerio
de Obras Publicas de la Nación editó un plano, en el que se puntualiza el área
a confiscar para dar paso al inicio de las obras: en el mismo se puede
observar, debidamente sombreado, el espacio afectado, el nombre de sus dueños y
la cantidad de hectáreas, aéreas y centiáreas tomadas.
Las tierras elegidas,
declaradas de utilidad pública y afectada a expropiación, fueron del orden de
70,36 km2, alrededor del 18 por ciento del territorio del partido de Esteban
Echeverria (390,09 km2). Se resumen en los decretos números 26.966 del 2 de
octubre de 1944 y el 4.020, del 20 de febrero de 1945.
De esta manera, pasan
a la Nación unas 6.700 hectáreas cuyos propietarios y arrendatarios se
dedicaban con exclusividad a diversas tareas agropecuarias, fundamentalmente al
cultivo de cereales, forrajeras y verduras, la producción tambera y la crianza
e invernada de hacienda.
Más de la mitad de
las hectáreas expropiadas, unas 4.000, se forestaron profusamente, dando origen
al bosque artificial de Ezeiza, verdadero pulmón verde de la región
metropolitana.
Esto permitió que
Esteban Echeverria se convirtiera en una verdadera atracción turística que se
incrementó con el agregado de balnearios, parques de diversiones, espacios para
la práctica de deportes, clubes, campamentos, etc. Desde 1995, este espacio
verde pertenece al vecino distrito de Ezeiza.
En 1945 comenzaron
las obras para la construcción del gran aeropuerto, con un despliegue de medios
humanos, técnicos y de maquinaria pocas veces visto en el país hasta ese
entonces.
De esta manera, tras
el correr de casi dos siglos, no solo se perdió la estancia con su casco, la
capilla con la imagen de la virgen y sus numerosas instalaciones, sino también
su nombre “Los Remedios”, quedo sepultado con un cúmulo de recuerdos e
historia.
Cuando se procedió a
la expropiación de las tierras, se inventariaron todas las existencias
adheridas o fijadas al mismo suelo.
Cada cosa, cada
objeto, cada elemento fue debidamente observado y analizado, y se tomó nota del
estado, marca, modelo y características.
Para constancia, se
abrió un expediente, propiedad por propiedad, a cargo del Ministerio de Obras
Publicas de la Nación.
El 17 de mayo de
1945, a las 16 horas toman posesión de los lotes designados con los números 146
y 147, los representantes del gobierno nacional.
En el detalle que se
hace del casco de “Los Remedios” y sus dependencias, se menciona que las
paredes “son de ladrillos antiguos asentadas en barro, de grueso espesor, con
revoques interiores de cal y arena del rio en mal estado”. El techo tiene tres
partes diferentes, una de sobre la habitación que corresponde a la capilla,-que
formaba parte integrante del edificio- “es de estructura resistente de troncos
de palmera, con dos capas de ladrillos y azotea de baldosas coloradas”.
El aeropuerto se
comenzó a construir el 22 de diciembre de 1945 y se inauguró oficialmente el 30
de abril de 1949, durante la primera presidencia del General Juan Domingo
Perón. Fue el más grande del mundo en ese momento, con sus pistas de 2.100 y
3.600 metros de largo.
La obra preveía,
además de sus edificios administrativos y espigones de embarque, todas las
instalaciones necesarias para hangares, talleres, depósitos y dependencias
militares, entre otras cosas.
Además de la creación
de los Bosques de Ezeiza, con la forestación de 4.000 hectáreas, se planeó la
Villa Olímpica, el Hogar Escuela, el Laboratorio Nacional de Hidráulica
Aplicada y la Comisión Nacional de Energía Atómica.
El proyecto también contempló
la construcción del Barrio Justicialista Nº1, con su correspondiente Centro
Cívico, Hospital, Escuela y 42 manzanas de chalets, en los que sea albergaría
el personal civil y militar destinado al Aeropuerto. Con el tiempo, se
transformó en un barrio residencial,
estratégicamente ubicado por su cercanía con la Capital Federal y los centros
urbanos de Ezeiza y Monte Grande.
En ocasión de
celebrarse en 1978 el Mundial de Fútbol, la Junta Militar decidió la
remodelación del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, al igual que otros del
país. La reforma permitió el estacionamiento de diez aeronaves a la vez y la
circulación de 3.000 vehículos por hora, con estacionamiento para 900 autos. Se
reinstalaron escaleras mecánicas, hubo nueva señalización y se modernizó la
planta baja del espigón internacional.
Las últimas reformas
se realizaron cuando la administración del aeropuerto se privatizó y pasó a m
manos de la empresa Aeropuertos 2000.
Extractado:
Libro Esteban Echeverría 100 AÑOS (1913-2013) – METRO.