El mismo día se paso la nota de
agradecimiento a la señora de Santamarina y tan solo quedo pendiente el trámite
de la escritura de traslación de dominio del terreno y del edificio. Esta
cuestión administrativa se resolvió el 10 de agosto de 1930, cuando el
intendente Juan M. Recarte, quien había asumido sus funciones el 1º de enero de
dicho año, firmó el decreto por el cual se nombró al escribano Francisco A.
Crespo, “para que proceda a escriturar a
favor de esta Municipalidad”,
tomando de las Rentas Generales o imputado al inciso 9º del presupuesto en
vigencia, los gastos ocasionados por su gestión notarial.
Con anterioridad, el 19 de marzo, también
del mismo año, día de San José, Doña Sofía – la donante – entregó la Casa de
Primeros Auxilios prometida a la comisión administradora.
El edificio, cuyo plano se incluía en el
expediente Nº81, fue controlado en lo que respecta a su construcción y detalles
por sus proyectistas, los arquitectos Peralta Martínez y Denis, quienes se
lucieron con la obra por su calidad y terminación.
De inmediato se nombró la comisión
administradora, integrada por las siguientes personas: María S. de Schenser,
Juan Recarte, Sofía S. de Cervetti, Nélida P. de Rotta, Ana P. de Cardeza,
Arturo Banante, Oscar Francisco Risso, Bartolomé Raffo y Luciano Honorato
Valette.
Estos vecinos redactaron un reglamento
interno para la asistencia de los enfermos, y las normas para que la dirección
técnica del establecimiento pudiera manejarse de manera autónoma.
La máxima preocupación se centró en la
búsqueda de recursos monetarios para asegurar el funcionamiento de los
servicios asistenciales, iniciados oficialmente tras el ingreso del primer
enfermo, el 1º de junio de 1930.
De inmediato, se organizó una colecta
popular que contó con gran apoyo del vecindario.
Al servicio de hospitalización general se
le sumó al poco tiempo la maternidad y la atención de niños y niñas.
El consultorio externo atendió a 303
pacientes durante 1930 y 892 durante 1931.
El consultorio de garganta, nariz y oído
fue implantado a los pocos meses de habilitarse el establecimiento. Estuvo a
cargo del Dr. Nicolás Arriola, profesional de Buenos Aires, quien renunció al
poco tiempo, lo que motivó la cancelación temporaria de esta prestación.
La vacunación antivariólica comenzó a ser
aplicada en 1931 y, en marzo del mismo año, se habilitó el consultorio de odontología,
que estuvo a cargo del Dr. Anacleto Rojas, primer odontólogo que tuvo el pueblo
de Monte Grande.
Desde su apertura se fueron incrementando
las curaciones y atenciones, tanto en el servicio de guardia como en las
internaciones, como consecuencia de un aumento demográfico permanente en
nuestra zona.
Entre el 1º de enero
al 31 de diciembre de 1934, se internaron en las salas del “San José”, 162
enfermos (23 en la maternidad, 99 en clínica general, y 40 correspondientes a
cirugía mayor). De estos, 80 fueron varones y 82 mujeres.
Por este tiempo Sofía Terrero de
Santamarina posibilitó con su aporte, la creación de una sala destinada a
laboratorio químico farmacéutico.
El segundo ejercicio estuvo a cargo de una
nueva comisión, continuadora de la que integró en un primer momento y nominada
para cubrir el periodo comprendido entre los años 1931 y 1934.
Dicha comisión estuvo a cargo de las
siguientes personas: Ángela S. de Barbier, Josefa T. de Bescuñana, Felisa R. de
Farina, Armando Marcó, Luciano Honorato Valette, Luis Bonthoux, Luis. Coronado
y Martín Pecotche.
Los dos primeros elencos médicos y
auxiliares que tuvo la Casa de Primeros Auxilios “San José”, se conformaron de
la siguiente manera: a)-Primero: Dr. Emilio Fernando Cardeza (Director), Dr.
Ángel Camilo Rotta, Dr. Alfredo Bertoni, Dr. Antonio Schene, Dr. Nicolás
Arriola, Dr. Antonio Montenegro (hijo), Dr. Anacleto Rojas, Srta. Mariana
Arbel, Mario S. Dreyer, Jesús Rodríguez (enfermero) y Alejandro Cañas
(enfermero).
b)-Segundo: Dr. Ángel Camilo Rotta
(Director), Dr. Emilio Fernando Cardeza, Dr. Alfredo Bertoni, Dr. Manuel Medel,
Dr. Dardo García Díaz, Dr. Antonio Montenegro (hijo), Dr. Anacleto Rojas,
Mariana Arbel, Mario S. Dreyer, Jesús Rodríguez (enfermero) y Alejandro Cañas
(Enfermero).
En 1935 asume la tercera comisión administradora,
bajo la presidencia del comerciante Héctor Magliola.
Esta comisión, como así también el personal
de este pequeño hospital y la población de todo el partido, se estremeció ante
la noticia del fallecimiento de Sofía Terrero de Santamarina el 7 de mayo de
1935.
El Honorable Concejo Deliberante le rindió
homenaje y el 20 de diciembre se colocó una placa de bronce en un muro de esa
casa de asistencia creada por ella. El 12 de diciembre de 1937 se inauguró un
busto de mármol blanco con la figura de doña Sofía que expone en la actualidad
en uno de los pasillos de la Casa de Primeros Auxilios “San José”, desde 1999
“Casa de la Cultura” y sede de la Dirección de Cultura y Educación de la
Municipalidad de Esteban Echeverria.
Mientras tanto el promedio mensual de
internados había crecido a 21,8 pacientes, atendiéndose en 1935, solo en el consultorio
externo, la cifra récord de 4.145 enfermos, cantidad exorbitante en relación
con los 10.000 habitantes que por aquel entonces tenía nuestro partido. El
servicio de ambulancias, para tener una idea, realizó 238 traslados (138
varones y 100 mujeres).
La atención masiva de gente obligaba a la
ampliación de las dependencias y a la rápida creación de otras. La construcción
original programada resultó chica a los cinco años de ser levantada.
En 1936 se adquirió el inmueble lindero
ubicado hacia el lado este, cosa que permitió incluir nuevas salas y brindar
así un mejor servicio.
De esta ampliación surgió una nueva sala de
maternidad equipada por Estefanía E. de Echemendi, con anexo para partos, una
mejor sala para la internación de los hombres y otras para niños, además de
baños, sala para rayos X, etc..
En 1937 se habían
instalado un total de 32 camas,
atendiéndose en 1939 la cifra record de 12.167 enfermos a un promedio mensual
de 57,3 internados, lo que demandó un gasto de pesos 521,30 m/n, en algodón y
gasa, pesos 166,25 en alcohol y pesos 128,00 m/n, en vendas.
Extractado de libros
de Pedro Rubén Campomar Rotger.