Don Juan Cristian
Luis Schenzer fue un antiguo vecino de origen uruguayo, nacido el 20 de junio
de 1878 en Fray Bentos, departamento de Río Negro, radicado en nuestro país a
fines del siglo pasado y cuya ciudadanía más tarde adoptó. Se sabe que completó
sus estudios en Alemania, enamorándose en ese país de María Paulina Schoopp,
por aquel entonces jovencita de quince años. Finalizadas sus obligaciones en
Europa, el señor Schenzer regresó a la Argentina, haciéndolo posteriormente
María Paulina, radicándose ambos en el barrio capitalino de la Boca, después de
la boda.
Nuestro vecino
ingresó como empleado en el Ferrocarril del Sud, trabajando en el ramal
Temperley-Cañuelas, adquiriendo por este motivo un terreno céntrico en Monte
Grande, pueblo en auge y floreciente progreso. La adquiere a Don Luis Guillón,
precursor de nuestro fomentismo y autonomía, la esquina oeste de las calles
Dardo Rocha y Coronel Manuel Dorrego, construyendo su casa por intermedio del
constructor afincado entre nosotros, Don Siro Petrazzini, el recordado primo de
Don Omega, uno de los primeros vecinos radicados en el mismo centro del pueblo.
Don Schenzer ingresó
tiempo después a la Compañía Buenos Aires Bulding Society, empresa que lo
benefició con el otorgamiento de un crédito para que pudiera finalizar la
construcción de su soñada propiedad, a la que bautiza, al estilo de aquel
tiempo, con el nombre de su esposa, “María Paulina”.
Se cuenta que Don
Siro y María Paulina recorrían el barrio de Belgrano en el tranvía Nº38, para
observar el estilo de las cosas y tomar de ellas los detalles y características
más apropiadas y sobresalientes, asunto que le permitió al constructor anotar
los aspectos novedosos y de buen gusto, como así también todo lo referente a
comodidades, comenzando la obra a partir del año 1905, a entero deseo del
matrimonio.
Dice el arquitecto
domiciliado en nuestra ciudad, Marcelo Marzullo, quien investigó la propiedad
para gestionar su preservación como patrimonio histórico cultural del partido de
Esteban Echeverria, que el “bow-window, las balaustradas, las molduras, etc.
Son producto de esas observaciones y búsquedas”.
Este antiguo vecino
fue nombrado corresponsal del diario “La Nación”, actuando durante muchos años
hasta el día de su fallecimiento. Falleció en Monte Grande el 3 de julio de
1938 a la edad de sesenta años.
En un plano editado
en 1908 por la firma “M. T. Durán”, con oficinas en Rivadavia 549 de Buenos
Aires, para promocionar en Monte Grande la venta de 603 terrenos, con base de
$1.- por mes cada uno, aparece la reproducción de “Villa Paulina”, aun en
construcción, con las calles Dardo Rocha y Cnel. Manuel Dorrego, de tierra.
Extractado de: “Calles echeverrianas que
marcan nuestra historia” de Pedro A. Rubén Campomar Rotger.
Despues lo tuvo Oscar Zulueta con el negocio de vinos Guadalest
ResponderEliminarsi no me equivoco