Hace 158 años nacía
la primera médica y nieta de Guillermo Grierson de la Colonia Escocesa de Monte
Grande. En honor a su intachable trayectoria, vale repasar su biografía:
Cecilia Grierson.
Primera médica
argentina. Nació en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1859. Sus padres
explotaban campos, el último de los cuales se encontraba en Entre Ríos, pero la
muerte del padre y la guerra la obligaron a volver a Buenos Aires en busca de
trabajo. Regresó para ayudar a la madre en la atención de una escuela rural, en
la que se desempeñó como maestra, pese a su corta edad, durante tres años. Otra
vez en Buenos Aires, ingresó a la Escuela Normal N°1, fundada por Emma Nicolay
de Caprile, y se graduó en 1878. Ejerció el magisterio, pero la enfermedad de
su íntima amiga, Amelia Kenig, fue decisiva en la determinación de ser médica,
pese a que ninguna mujer había osado emprender tal carrera. Después de superar
los obstáculos iniciales, logró titularse en 1889.
Se inició en el
Hospital San Roque, hoy Ramos Mejía, e instaló su consultorio. Poco antes fundó
la primera escuela de enfermeras y en 1892 hizo lo propio con la Sociedad
Argentina de Primeros Auxilios. Enviada por el gobierno viajó a Europa y como
resultado de sus observaciones el Consejo Nacional de Educación organizó el
plan de estudios para las escuelas profesionales. Ese fue el tema de su libro
“Educación técnica de la mujer”. En 1899 fue a Londres invitada por el Concejo
Internacional de Mujeres y se le encargó la fundación de la rama argentina, lo
que realizó al año siguiente. Estudió entonces los métodos para el tratamiento
de ciegos y sordomudos y en Buenos Aires estableció el Instituto de Ciegos. En
París asistió a las mejores clínicas de obstetricia y ginecología. Como
consecuencia, introdujo aquí el estudio de la puericultura en los colegios y
fundó la Asociación Obstétrica Nacional.
Dictó cátedras en la
Escuela de Bellas Artes y el Liceo Nacional de Señoritas, del que fue profesora
fundadora en 1907. También enseñó gimnasia en la Facultad de Medicina.
Desempeñó diversos cargos relacionados con su profesión y publicó trabajos con
“La Educación del ciego y Cuidado del enfermo”. En 1914, al cumplirse las bodas
de plata de su graduación, se le rindió un gran homenaje, lo mismo que en 1916,
cuando se despidió de sus actividades docentes. Se retiró a vivir a Los Cocos,
Córdoba, localidad a la que donó una escuela, así como una casa de descanso
para maestros y artistas.
Falleció en Buenos
Aires el 10 de abril de 1934. Al año siguiente se puso su nombre a la escuela
de enfermeras por ella fundada y en 1967 se emitió una estampilla de correo con
su imagen.
Extractado de la
Bibliografía del libro: “Diccionario biográfico de mujeres argentinas” de Lily
Sosa de Newton – Editorial Plus Ultra (1980) Pág. 204 y 205.