domingo, 6 de diciembre de 2015

La “María Paulina” de Schenzer.

Don Juan Cristian Luis Schenzer fue un antiguo vecino de origen uruguayo, nacido el 20 de junio de 1878 en Fray Bentos, departamento de Río Negro, radicado en nuestro país a fines del siglo pasado y cuya ciudadanía más tarde adoptó. Se sabe que completó sus estudios en Alemania, enamorándose en ese país de María Paulina Schoopp, por aquel entonces jovencita de quince años. Finalizadas sus obligaciones en Europa, el señor Schenzer regresó a la Argentina, haciéndolo posteriormente María Paulina, radicándose ambos en el barrio capitalino de la Boca, después de la boda.
Nuestro vecino ingresó como empleado en el Ferrocarril del Sud, trabajando en el ramal Temperley-Cañuelas, adquiriendo por este motivo un terreno céntrico en Monte Grande, pueblo en auge y floreciente progreso. La adquiere a Don Luis Guillón, precursor de nuestro fomentismo y autonomía, la esquina oeste de las calles Dardo Rocha y Coronel Manuel Dorrego, construyendo su casa por intermedio del constructor afincado entre nosotros, Don Siro Petrazzini, el recordado primo de Don Omega, uno de los primeros vecinos radicados en el mismo centro del pueblo.
Don Schenzer ingresó tiempo después a la Compañía Buenos Aires Bulding Society, empresa que lo benefició con el otorgamiento de un crédito para que pudiera finalizar la construcción de su soñada propiedad, a la que bautiza, al estilo de aquel tiempo, con el nombre de su esposa, “María Paulina”.
Se cuenta que Don Siro y María Paulina recorrían el barrio de Belgrano en el tranvía Nº38, para observar el estilo de las cosas y tomar de ellas los detalles y características más apropiadas y sobresalientes, asunto que le permitió al constructor anotar los aspectos novedosos y de buen gusto, como así también todo lo referente a comodidades, comenzando la obra a partir del año 1905, a entero deseo del matrimonio.
Dice el arquitecto domiciliado en nuestra ciudad, Marcelo Marzullo, quien investigó la propiedad para gestionar su preservación como patrimonio histórico cultural del partido de Esteban Echeverria, que el “bow-window, las balaustradas, las molduras, etc. Son producto de esas observaciones y búsquedas”.
Este antiguo vecino fue nombrado corresponsal del diario “La Nación”, actuando durante muchos años hasta el día de su fallecimiento. Falleció en Monte Grande el 3 de julio de 1938 a la edad de sesenta años.
En un plano editado en 1908 por la firma “M. T. Durán”, con oficinas en Rivadavia 549 de Buenos Aires, para promocionar en Monte Grande la venta de 603 terrenos, con base de $1.- por mes cada uno, aparece la reproducción de “Villa Paulina”, aun en construcción, con las calles Dardo Rocha y Cnel. Manuel Dorrego, de tierra.


 Extractado de: “Calles echeverrianas que marcan nuestra historia” de Pedro A. Rubén Campomar Rotger.



1 comentario:

  1. Despues lo tuvo Oscar Zulueta con el negocio de vinos Guadalest
    si no me equivoco

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