viernes, 19 de mayo de 2017

Escuela N° 1 “Domingo Faustino Sarmiento” de Monte Grande.

El 20 de noviembre de 1879, el presidente del Concejo Escolar de Lomas de Zamora, Adolfo Olivares, le envió una nota al entonces Director General de Escuelas, Domingo Faustino Sarmiento, en la que expresaba la necesidad de crear una escuela en el Cuartel 3° del Partido de Lomas de Zamora, una población cuyos hijos crecían “Careciendo completamente de toda noción de educación”.
La población en cuestión era la llamada Edén Argentino, en la que se habían instalado numerosos pobladores, a pesar de “distar a cuatro leguas de la ciudad, y donde aún no han llegado los grandes beneficios de la civilización”.
El origen de los campos en los que se ubicaba el Edén Argentino era remoto, pertenecía a la antigua Estancia del rey (también llamada de Zamora), y habían sido ocupados por Don Calixto Iberra, quien obtuvo en 1865, el reconocimiento de sus derechos posesorios por parte de la Municipalidad de Lomas de Zamora.
Instalar rápidamente una escuela no era una tarea fácil, por estar en ese tiempo “fuera de presupuesto”, pese a lo cual se siguió insistiendo con notas en las que se detallaban los costos del alquiler de una casa y el sueldo de una maestra, y hasta se sugería como conseguir el dinero.
Finalmente, se concretó la inauguración de una escuelita el 26 de marzo de 1880, nueve años antes de fundarse el pueblo de Monte Grande.
El alquiler de la casa costaba $500 por mes, y el sueldo de la primera maestra se fijó en $1000. La casa en la que se instaló la escuela, que pertenecía a Don José Ghigliazza, estaba emplazada en un terreno de 16.874 m2. Tenía ocho habitaciones de techos altísimos, un solo baño, y un típico patio de grandes dimensiones (21m x 18m). El edificio era modesto, pero se hallaba en muy buenas condiciones de conservación y limpieza, contando, además, con agua de pozo y una huerta propia. Para ese momento, sobraban comodidades y espacio, aunque la primera maestra no pudo instalarse en el lugar hasta el mes de agosto, por “falta de tren y útiles”.
Finalmente, el 1° de octubre de 1880, se inauguró la Escuela de ambos sexos N°4 del distrito de Lomas de Zamora, con 39 alumnos (22 varones y 17 niñas).
La docente que debía hacerse cargo del nuevo establecimiento fue considerada como “la mejor de las candidatas solicitantes”, agregándose en el informe que era poco halagüeña la situación en que había de vivir, dado el aislamiento del lugar: el cuartel 3° de Lomas de Zamora era un páramo despoblado y solitario, ubicado a gran distancia de todo centro y sólo cruzado por caminos intransitables la mayor parte del año.
La elección recayó en Clementina Rendón, quien había vivido largo tiempo cerca del lugar, acompañada por sus padres y hermanos.
Quien sería la primera maestra de estas tierras había realizado sus estudios profesionales en la escuela nocturna de la Directora de la Escuela Normal de Maestras, la señora Albina García de Ryan.
La misma deja constancia en el legajo de Clementina Rendón, que la “alumna de la escuela de adultos que dirijo, tiene todos los conocimientos necesarios para hacerse cargo de la dirección de una escuela primaria infantil”.
Clementina Rendón fue la primera y única maestra de esta escuelita hasta 1894, con todo el sacrificio y la disposición que implicaba la tarea en aquellos años y en ese remoto lugar de Edén Argentino.
La casa de Edén Argentino en la que se instalaba la escuela posteriormente cambió de dueños, siendo sus nuevos propietarios Emilia G. de Delfino y Carlos Caraza.
En septiembre de 1894 la escuela se traslada del cuartel 3° al cuartel 11° de Lomas de Zamora, al paraje llamado Monte Grande. La nueva casa que se alquiló pertenecía al señor Guillermo Brown, y la escuela comenzó sus ciclos lectivos con 32 alumnos, 17 varones y 15 mujeres.
A partir de ese año, la tarea de Clementina Rendón pasó a estar apoyada por su hermana Antonia, quien comenzó como preceptora del  establecimiento.
Cuando se funda el partido de Esteban Echeverría, en 1913, el cuartel 11° se vuelve parte de su territorio, y la antigua escuela N°4 pasa a ser la Escuela N°1 de nuevo municipio.
Años más tarde, el establecimiento se muda nuevamente. Esta vez a un edificio, hoy demolido, que era propiedad de Don Pedro Cervetti. Se encontraba en la esquina de las calles Mariano Alegre y Dolores R. de González Ocantos, frente a un extremo de la Plaza San Martín. Fue entonces cuando Clementina Rendón pasó a desempeñar funciones educativas en la Escuela N°13 de Villa Industriales (hoy partido de Lanús) en el primitivo territorio de Barracas al Sud.
El emplazamiento actual de la Escuela N°1 corresponde al lugar dispuesto originalmente por la compañía fundadora del pueblo de Monte Grande, en 1889. En el plan fundador, figuraba el trazado completo del pueblo, con sus calles boulevares y edificios públicos correspondientes. En el mismo se deja constancia “que los edificios escolares comprenden dos escuelas, una para varones y una para mujeres, ambas independientes, con su respectivo departamento para alojamiento de maestros, y un piso alto con local para oficinas del Concejo Escolar y Biblioteca Pública, acompañándose los planos respectivos (planos N°9 y N°10), según los cuales cada escuela contendrá cuatro clases con capacidad para cincuenta alumnos cada una, o sea con un total de doscientos niños.
El costo total aproximado de los edificios escolares será de sesenta mil pesos moneda nacional y la construcción de ellos se hará por la Dirección General de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires que contribuirá con la tercera parte, contribuyendo por partes iguales en las otras dos terceras partes el Concejo Nacional de Educación y la Sociedad fundadora”.
Así se presentó a los futuros pobladores de estas tierras el proyecto de las escuelas. No resultó como estaba previsto, en parte debido a la quiebra de la firma Coni, Sansinena y Cía., y en parte debido a las fluctuaciones económicas del país. En lo referente a su creación, la Escuela N°1 responde al plan educativo de Domingo Faustino Sarmiento. Por ese motivo fundamental, en septiembre de 1941 se le impuso el nombre del maestro sanjuanino con justificada razón.
Al cumplirse el centenario de la escuela, asistió al acto conmemorativo el entonces Ministro de Educación y Cultura de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Abel Calvo, quien dijo en esa oportunidad: “a cien años de la creación de una escuela que fue parte del plan desarrollado por Sarmiento para dotar al país todo, de estas piedras sillares del futuro de la patria, comprendemos la grandeza de la obra realizada y el denuedo de la lucha enfrentada por el Gran Sanjuanino”.
Extractado de: Pedro Campomar Rotger.