El 20 de noviembre de
1879, el presidente del Concejo Escolar de Lomas de Zamora, Adolfo Olivares, le
envió una nota al entonces Director General de Escuelas, Domingo Faustino
Sarmiento, en la que expresaba la necesidad de crear una escuela en el Cuartel
3° del Partido de Lomas de Zamora, una población cuyos hijos crecían
“Careciendo completamente de toda noción de educación”.
La población en
cuestión era la llamada Edén Argentino, en la que se habían instalado numerosos
pobladores, a pesar de “distar a cuatro leguas de la ciudad, y donde aún no han
llegado los grandes beneficios de la civilización”.
El origen de los
campos en los que se ubicaba el Edén Argentino era remoto, pertenecía a la
antigua Estancia del rey (también llamada de Zamora), y habían sido ocupados
por Don Calixto Iberra, quien obtuvo en 1865, el reconocimiento de sus derechos
posesorios por parte de la Municipalidad de Lomas de Zamora.
Instalar rápidamente
una escuela no era una tarea fácil, por estar en ese tiempo “fuera de
presupuesto”, pese a lo cual se siguió insistiendo con notas en las que se
detallaban los costos del alquiler de una casa y el sueldo de una maestra, y
hasta se sugería como conseguir el dinero.
Finalmente, se concretó
la inauguración de una escuelita el 26 de marzo de 1880, nueve años antes de
fundarse el pueblo de Monte Grande.
El alquiler de la
casa costaba $500 por mes, y el sueldo de la primera maestra se fijó en $1000.
La casa en la que se instaló la escuela, que pertenecía a Don José Ghigliazza,
estaba emplazada en un terreno de 16.874 m2. Tenía ocho habitaciones de techos
altísimos, un solo baño, y un típico patio de grandes dimensiones (21m x 18m).
El edificio era modesto, pero se hallaba en muy buenas condiciones de
conservación y limpieza, contando, además, con agua de pozo y una huerta
propia. Para ese momento, sobraban comodidades y espacio, aunque la primera
maestra no pudo instalarse en el lugar hasta el mes de agosto, por “falta de
tren y útiles”.
Finalmente, el 1° de
octubre de 1880, se inauguró la Escuela de ambos sexos N°4 del distrito de
Lomas de Zamora, con 39 alumnos (22 varones y 17 niñas).
La docente que debía
hacerse cargo del nuevo establecimiento fue considerada como “la mejor de las
candidatas solicitantes”, agregándose en el informe que era poco halagüeña la
situación en que había de vivir, dado el aislamiento del lugar: el cuartel 3°
de Lomas de Zamora era un páramo despoblado y solitario, ubicado a gran
distancia de todo centro y sólo cruzado por caminos intransitables la mayor
parte del año.
La elección recayó en
Clementina Rendón, quien había vivido largo tiempo cerca del lugar, acompañada
por sus padres y hermanos.
Quien sería la
primera maestra de estas tierras había realizado sus estudios profesionales en
la escuela nocturna de la Directora de la Escuela Normal de Maestras, la señora
Albina García de Ryan.
La misma deja
constancia en el legajo de Clementina Rendón, que la “alumna de la escuela de
adultos que dirijo, tiene todos los conocimientos necesarios para hacerse cargo
de la dirección de una escuela primaria infantil”.
Clementina Rendón fue
la primera y única maestra de esta escuelita hasta 1894, con todo el sacrificio
y la disposición que implicaba la tarea en aquellos años y en ese remoto lugar
de Edén Argentino.
La casa de Edén
Argentino en la que se instalaba la escuela posteriormente cambió de dueños,
siendo sus nuevos propietarios Emilia G. de Delfino y Carlos Caraza.
En septiembre de 1894
la escuela se traslada del cuartel 3° al cuartel 11° de Lomas de Zamora, al
paraje llamado Monte Grande. La nueva casa que se alquiló pertenecía al señor
Guillermo Brown, y la escuela comenzó sus ciclos lectivos con 32 alumnos, 17
varones y 15 mujeres.
A partir de ese año,
la tarea de Clementina Rendón pasó a estar apoyada por su hermana Antonia,
quien comenzó como preceptora del establecimiento.
Cuando se funda el
partido de Esteban Echeverría, en 1913, el cuartel 11° se vuelve parte de su
territorio, y la antigua escuela N°4 pasa a ser la Escuela N°1 de nuevo
municipio.
Años más tarde, el
establecimiento se muda nuevamente. Esta vez a un edificio, hoy demolido, que
era propiedad de Don Pedro Cervetti. Se encontraba en la esquina de las calles
Mariano Alegre y Dolores R. de González Ocantos, frente a un extremo de la
Plaza San Martín. Fue entonces cuando Clementina Rendón pasó a desempeñar
funciones educativas en la Escuela N°13 de Villa Industriales (hoy partido de
Lanús) en el primitivo territorio de Barracas al Sud.
El emplazamiento actual
de la Escuela N°1 corresponde al lugar dispuesto originalmente por la compañía
fundadora del pueblo de Monte Grande, en 1889. En el plan fundador, figuraba el
trazado completo del pueblo, con sus calles boulevares y edificios públicos
correspondientes. En el mismo se deja constancia “que los edificios escolares
comprenden dos escuelas, una para varones y una para mujeres, ambas
independientes, con su respectivo departamento para alojamiento de maestros, y
un piso alto con local para oficinas del Concejo Escolar y Biblioteca Pública,
acompañándose los planos respectivos (planos N°9 y N°10), según los cuales cada
escuela contendrá cuatro clases con capacidad para cincuenta alumnos cada una,
o sea con un total de doscientos niños.
El costo total
aproximado de los edificios escolares será de sesenta mil pesos moneda nacional
y la construcción de ellos se hará por la Dirección General de Escuelas de la
Provincia de Buenos Aires que contribuirá con la tercera parte, contribuyendo
por partes iguales en las otras dos terceras partes el Concejo Nacional de
Educación y la Sociedad fundadora”.
Así se presentó a los
futuros pobladores de estas tierras el proyecto de las escuelas. No resultó
como estaba previsto, en parte debido a la quiebra de la firma Coni, Sansinena
y Cía., y en parte debido a las fluctuaciones económicas del país. En lo
referente a su creación, la Escuela N°1 responde al plan educativo de Domingo
Faustino Sarmiento. Por ese motivo fundamental, en septiembre de 1941 se le
impuso el nombre del maestro sanjuanino con justificada razón.
Al cumplirse el
centenario de la escuela, asistió al acto conmemorativo el entonces Ministro de
Educación y Cultura de la Provincia de Buenos Aires, Dr. Abel Calvo, quien dijo
en esa oportunidad: “a cien años de la creación de una escuela que fue parte
del plan desarrollado por Sarmiento para dotar al país todo, de estas piedras
sillares del futuro de la patria, comprendemos la grandeza de la obra realizada
y el denuedo de la lucha enfrentada por el Gran Sanjuanino”.
Extractado
de: Pedro Campomar Rotger.
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